Frank Romano

El Arte en estado puro

Poesía

Producción poética de Frank Romano

35. GUERRERO FELIZ

  • Poesía

Recuerdo tus espaldas,

que como hermosas praderas

se extendían angelicales,

desde el oriente de tu cabeza

hasta el poniente de tus glúteos.

 

Recuerdo tus vértebras y tus costillas,

que como fornidos árboles

dentro del engranaje de tu hermosa

y suave piel,

se constituían para mi,

en plácido lecho, donde yo descansaba

como guerrero feliz,

al terminar de ejecutar con éxito,

una batalla más dentro de la guerra

pacífica y placentera del amor.

34. ESCLAVO DE TU AMOR

  • Poesía

Recuerdo aquella primera vez,

que con mis sutiles manos,

quité los textiles que cubrían

tu hermoso y divino cuerpo.

Aquella obra viva, aquella obra

perfecta, aquella tierra morena

con sus entrañas rojas;

con sus manantiales de leche y miel;

néctares sublimes que succioné

feliz y ávido, como sumiso

esclavo de tu amor.

32. ¡ASI TE RECUERDO!

  • Poesía

Al escuchar a Bob Marley

te recuerdo. Tu cuerpo

tendido en mi cama; desnudo y

dulce; conocido y misterioso;

manso y salvaje a la vez.

 

Tu hermosa cabellera dispersa

en nuestra sábana, parecían

pinceladas abstractas de

Wassily Kandinsky.

¡Así te recuerdo!

 

Tu siempre lista para amarme.

Tu siempre dispuesta a darme

la razón de yo existir.

28. TODO MI SER SE DESINTEGRA, EN MILLONADAS DE PARTICULAS DE DOLOR

  • Poesía

¿A quién recogeré en aquella

estación del tren?

Ya no te esperaré como se espera

a cada amanecer. Como el agricultor

espera a sus cosechas. Como se espera

a la luz a que desintegre las

tinieblas.

 

Ya no te descubriré impaciente

en aquella multitud de viajeros,

viniendo sonriente, dulce y nerviosa

hacia mi, para fundir nuestras almas.

 

Al pasar por aquella estación,

todo mi ser se desintegra en millonadas de

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27. AVITAMINOSIS DE AMOR

  • Poesía

Estoy sufriendo avitaminosis de amor.

Mis leucocitos están débiles. Mis glóbulos

rojos yacen desahuciados, dentro del torrente

sanguíneo del desierto de mi soledad.

Todo mi ser desfallece dentro de las redes

tenebrosas del dolor.

 

Las cuerdas de la desesperación

atan todo mi ser, junto a gruesos

troncos del averno.

Lloro como un niño, al no poder

alimentarme de tus dos soles cósmicos,

tendidos en el espacio sideral

de tus pechos.

26. VUELVO A SER UN CONJUNTO UNITARIO

  • Poesía

Ahora camino solo por mis calles.

Vuelvo a ser un conjunto unitario

dentro del infinito del universo.

Solo recuerdo tu rostro de luz

alumbrando mis pasos. También

recuerdo el binomio de nuestras

almas, caminando felices por las

calles de espumas del tiempo.

25. ESPADA INFERNAL

  • Poesía

Una espada infernal e invisible

destroza mi corazón.

Mi sangre espiritual se desparrama

con una energía triste por toda mi

recámara. El dolor de perderte

es amargo como la hiel.

 

Los portones cósmicos de la luz y

de la felicidad se me han cerrado

con tu partida y mi ser se hunde

estrepitoso en el océano del dolor.

Mi piel se desgarra en tirones por

las mandíbulas del monstruo

de tu ausencia.

23. TODO ES SOLEDAD

  • Poesía

Todo es soledad. Las paredes del

universo se desploman sobre mi

en infernal caída. Tu ya no estas.

Solo mi mente viaja por tus recuerdos.

Te veo ir y venir dentro de mi alma.

Extraño tu voz de violín. Extraño

aquel concierto solo para dos. El “magno

acto” de los enamorados. La danza

de los amantes, que fusionan sus

epidermis calientes, debajo del sol

cósmico del amor. Mis ojos son

dos océanos, por donde corre mi

tristeza mojada en un sin fin.

22. ¿QUE TE HA PASADO?

  • Poesía

¿Qué te ha pasado que has roto,

los lazos que unían nuestros

fluidos eróticos?

¡Ah mujer! Ser misterioso.

¡Me adoras! ¡Me bendices! ¡Me abandonas!

¿Qué estas pensando dentro de tus

cavidades craneanas?

¿Qué te ha pasado?

¿Por qué mis espermas no fueron

capaces, de mantenerte junto a mi,

conectada con el éxtasis absoluto?

21. EL DOLOR HA HERIDO BRUTALMENTE MI CORAZON

  • Poesía

Las burbujas del tiempo fallecido

me atrapan en sus redes. La angustia

me tiró de bruces en su espacio.

Tu te has marchado y ya tu silueta

tridimensional no está en mi recámara.

El dolor de haberte perdido,

ha herido brutalmente mi corazón,

catapultándome al abismo.

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Foto de portada: Miguel Enríque Muñiz (O Grove, Pontevedra)

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