Me dices que me quieres.
Me dices que me amas.
Pero con frecuencia,
las discrepancias de nuestros caracteres,
hacen que nuestras almas
se estrellen en un choque brutal,
colapsándose en forma estrepitosa
en el fango de la incomprensión,
haciendo que fallezcan
la paz y la armonía en todo mi ser.
Pero nuestro amor es fuerte
y terminamos siempre
encendiendo las rojas llamas de la pasión
y nuestros cuerpos,
calientes y relajados,
terminan siempre felices
en la superficie de mi cama,
después de haber corrido con éxito,
las olimpíadas del amor.