Vives para siempre en mi mente.
La esencia de tu ser
ya esta anclada en mi alma.
Tus manos,
como gaviotas inmaculadas,
revolotean ágiles, silvestres y felices
sobre las inquietas y limpias aguas
del mar de mi existencia
Y conducido por la brújula de tu ser,
mi espíritu ha llegado
al puerto de su propia calma.